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Se ha vuelto costumbre que el Consejo General de Delegados tome acuerdos sin considerar
la opinión de las delegaciones a las que dicen representar. Sin embargo, esa dirección
sindical pretende impulsar la democratización de la Universidad de Sonora, sin reparar en
la democratización de la vida sindical.
Es común, por ejemplo, que el Comité Ejecutivo establezca una agenda que somete al
Consejo General de Delegados y que posteriormente impone a las delegaciones. Esto es, las
delegaciones deberían tener la posibilidad de modificar esa agenda, pero regularmente se
rechaza cualquier tipo de alteración, tal y como sucedió en la Asamblea de la Delegación de
Matemáticas donde se negó, mediante votación, la posibilidad de discutir la
democratización sindical y se sugirió mandar el tema a Asuntos Generales, a sabiendas que
ese punto difícilmente se llega a abordar.
Otra más, el sindicato promueve una reforma a la Ley 4 y deja de lado otra propuesta que
les hizo llegar el grupo Ciencia y Sociedad. Esto es, le da la espalda a un grupo de
académicos y todo el respaldo al otro, a pesar de que ambos grupos tienen afiliados al
STAUS. Luego entonces, ¿cómo impulsar la democratización de la UNISON y no ser
democráticos sindicalmente?
Por si fuera poco, pretenden llevar a cabo una Consulta Virtual para preguntar si los
afiliados desean elegir virtualmente a la “nueva” dirigencia sindical. Obviamente, si
preguntas en forma virtual, la posibilidad de que gane esa propuesta es relativamente muy
alta. Por qué no preguntar presencialmente, en urnas, lo mismo, por la sencilla razón de que
las posibilidades de que se acuerde una votación presencial serían muy altas. El punto es
que el Consejo General de Delegados ya aprobó, sin que se sometiera ese acuerdo a las
Asambleas Delegacionales, la realización de la Consulta virtual, con lo que Barraza estaría
asegurando mantenerse en el poder sindical otros dos años. Lo paradójico es que la mayoría
de los profesores, si no es que todos, ya nos vacunamos y de que el regreso a clases
presenciales es inminente. Queda clara la maña con la que se quiere llevar a cabo la
imposición de otra dirigencia sindical.
De cumplirse los caprichos de Sergio Barraza, no tendrá necesidad de pedirle a la
administración que le acarree votos. Solos y utilizando un algoritmo pueden hacer encajar
lo que para ellos será una elección democrática. A menos de que los grupos internos no se
presten a esta farsa y decidan no ser parte de ella. Hay que considerar que fue posible que
millones de mexicanos votáramos en la jornada electoral de junio, este año, y en el STAUS
se pretende negarnos esa posibilidad a solo dos mil afiliados, lo máximo que podríamos
alcanzar de participación en el proceso de renovación sindical.
Esa es la triste realidad que tenemos que combatir. Enfrentar a la mafia del ISSSTESON
requiere de verdaderos sindicalistas que no reciban línea cetemista desde el Consejo
Sindical Permanente. Se requiere un sindicato fortalecido para que sea un verdadero

contrapeso a las decisiones arbitrarias que ha venido imponiendo la administración
universitaria ante la debilidad manifiesta de nuestro sindicato que ha refugiado en su seno a
personajes que aman el hueso sindical.
El reto no es menor. Por lo mismo, se requiere elaborar y poner en práctica estrategias
efectivas que nos permitan recuperar los años gloriosos de la actividad sindical, cuando las
autoridades universitarias respetaban lo pactado y no había, en las revisiones, ese listado
tan grande de violaciones al Contrato Colectivo, de las cuales no se resuelve ni el 10%.

Por Isabel Dorado Auz

Estudió en Universidad de Sonora. Promoción del 1990 Químico Biólogo en Alimentos. Guasave Ciudad de origen.8 de julio de 1967 fecha de nacimiento.

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