Después de una reunión muy cordial con el Síndico, Fermín González, y el regidor Armando Moreno, en la que se acordó clarificar algunos asuntos relacionados con las áreas verdes de Sacramento, Jesús García y Santa Bárbara, de pronto sobrevino un silencio que empieza a preocupar.
Los vecinos de esas colonias solicitaron a los funcionarios municipales que ofrecieran información que consideran relevante en el conflicto que sostienen con algunos particulares. Ante dicha petición, el Síndico solicitó tiempo y se comprometió a recibirnos nuevamente en una reunión que quedó acordada para el jueves 25 de febrero a las 10 am.
Todo parecía ir muy bien, salvo que en el día acordado no se presentó el Síndico Municipal y tampoco el regidor y, en su lugar, nos recibió la responsable jurídica de sindicatura, quién expresó que no estaba al tanto de nuestras demandas y que sería el conducto para darle a conocer al Síndico nuestras inquietudes.
Después de manifestarle nuestra extrañeza porque no se corrió la cortesía de informarnos de que no estarían presentes quienes se habían comprometido a recibirnos en esa fecha y hora acordada, Alejandro Valenzuela le aclaró a la funcionaria municipal que no es asunto entre particulares sino una disputa donde unos particulares quieren despojar a una comunidad de un bien público, por lo que el municipio debe tomar cartas en el asunto. Al mismo tiempo, le informó que con mucha antelación los vecinos de Sacramento habían acordado plantar árboles en su área verde el domingo 28 de febrero, por lo que solicitaba protección de la policía municipal en caso de que los particulares quisieran impedir esa acción, la cual se llevó a cabo en total calma.
Era importante la reunión con el Síndico y el regidor porque se habían comprometido a investigar sobre cómo ocurrieron los hechos, desde la parte oficial, que derivaron en conflicto una semana anterior, donde hubo un roce con los particulares, quienes llegaron a amenazar con matar a quien se opusiera a los trabajos que pretendían desarrollar sobre el área verde. Era importante saber, si esos particulares tenían el permiso correspondiente de CIDUE para que pudieran remover los árboles que alcanzaron a derrumbar antes de que los vecinos impidieran que continuaran son esa acción. Saber también si los policías municipales que acudieron al lugar para proteger la acción del particular lo habían hecho de mutuo propio o a partir de un mandato judicial, dado que en ningún momento se mostró un documento que avalara la acción del particular.
Preocupa que después de varios días, no se comuniquen todavía ni el regidor ni el Síndico a pesar de que cuentan con números telefónicos para indicarnos cuando podría llevarse a cabo tan importante reunión. Preocupa porque sabemos que los intereses económicos tradicionalmente se han impuestos cuando hay conflicto por la desaparición de un área verde. Quisiéramos que las autoridades municipales sean más firmes en la defensa de nuestro medio ambiente y no quisiéramos vivir de nuevo la amarga experiencia que se suscitó cuando el Ayuntamiento pretendió vender el área verde y deportiva de El Cárcamo, la que afortunadamente, después de una intensa lucha social, logramos detener.
Por lo mismo, no queremos creer que este sospechoso silencio sea sinónimo de una complicidad con quienes pretenden seguirle arrebatando áreas verdes al municipio de Hermosillo.
Nos gustaría pensar que las autoridades municipales ya aprendieron la lección y no se metan nuevamente en una confrontación contra los ciudadanos, quienes cada vez se organizan mejor para defender sus áreas verdes, que no vuelvan a minimizar el hartazgo social.